sábado, 7 de enero de 2012

4.6 – Profecia Condicional

El concepto biblico de profecia condicional es un concepto extremadamente simple, pero no es un concepto que se enseñe muy claramente en la mayoría de las Iglesias. Aunque no se requiere de mucho tiempo para demostrar este concepto de los varios pasajes Biblicos, es un concepto vital para el estudio de las secciones posteriores a esta, por lo tanto, se introducirá aquí de la manera más conscisa posible.

La idea subyacente del principio de profecía condicional es que aunque Yahweh no despista a Su pueblo, frecuentemente se indica, y los fieles siempre han comprendido, que las promesas que Yah le hace a la humanidad, y las advertencias de juicios que El les comunica pueden cumplirse o no dependiendo de la reacion de los individuos a quienes se les da esas promesas o advertencias.

Algunos consideran esta idea algo extraña, y citan: “Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre para que se arrepienta: “Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Num 23:19)

Sin embargo, tambien tenemos las siguientes declaraciones que reconciliar, como aquellas que le siguen a Su promesa de prosperar a los descencientes de Abraham (Gen 23:6): “He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si obedeciereis los mandamientos de Yahweh vuestro Dios, que yo os prescribo hoy; y la maldición, si no obedeciereis los mandamientos de Yahweh vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.” (Deut 11:26-28)

Aunque en la promesa de Yahweh a Abraham, en Genesis 23, no se menciona una condición explicita, vemos que en realidad la intimidad y unión con el Proveedor de las promesas es el medio por el cual se cumplen las promesas.Esto tiene sentido aun para la mente humana; si este servidor le promete a cierta persona darle una suma de dinero pero ese individuo se aleja de mi y yo no puedo encontrarme con el, entonces no puedo cumplir mi promesa aunque no haya dicho una mentira. Es verdad que Yahweh es omnipresente (esta en todos lados) y que ningun individuo o nación puede ocultarse de Su prescencia, (Salm 139:7-8) pero El tampoco impone esa presencia sobre nadie. (Deut 32:19-20)

Aunque Yahweh nunca quebranta Sus convenios, (es decir, no es Su iniciativa) tampoco es verdad que El continua aferrándose a los convenios que ha hecho cuando otros han quebrantado primero esos convenios. En otras palabras, si el Todopoderoso hace un convenio con un humano, El nunca se alejara de Su palabra; pero si el humano quebranta el convenio, el convenio es anulado, y de allí en adelante no existe ningun vinculo entre ese hombre y Yahweh. Esto esta detallado en los escritos de los profetas. “Y tomé para Mí dos cayados; al uno puse por nombre Hermosura, y al otro Lazos; y apacenté (alimente) las ovejas. Tambien destruí a tres pastores en un mes, y mi alma los detestó; y también sus almas me aborrecieron. Y dije: No os apacentaré (alimentare); la que ha de morir, que muera; y la que se ha de perder, que se pierda; y las que quedaren, que cada una coma la carne de su compañera. Tomé luego mi cayado Hermosura, y lo quebré, para deshacer mi pacto que concerté con todos los pueblos. Y fue deshecho en ese día, y así conocieron los pobres del rebaño, que esperaban por mí, supieron que era la palabra de Yahweh.” (Zacarias 11:7b-11)

Aquí notamos que aunque Yahweh se propuso guiar y apacentar a Su pueblo, cuando su pueblo apostato hasta el punto de llegar ser “detestado por El” y (aun peor) que las almas de su pueblo lo aborrecían, el convenio fue roto o anulado. Aunque Yahweh es quien menciona el anulamiento del convenio, leemos de las Escrituras que esta anulación fue en realidad una respuesta a un acto humano, y el Todopoderoso simplemente “deshizo” el convenio en el sentido de haberlo declarado anulado, al proveer un símbolo profetico (el cayado) para representar la condición espiritual de la nación.

Hay ejemplos sobre este tejemaneje en ambos sentidos. En el primero, vemos casos donde se han evitado los juicios pronunciados por Yahweh debido al arrepentimiento de aquellos que fueron advertidos:

“Y se levantó Jonás, y fue a Nínive, conforme a la palabra de Yahweh. Y era Nínive ciudad sobremanera grande, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y pregonaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y el pueblo de Nínive creyo a Dios, y pregonaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor de ellos hasta el menor de ellos. Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les había de hacer, y no lo hizo.” (Jonas 3:3-5,10)

“Así Yahweh envió pestilencia en Israel, y cayeron de Israel setenta mil hombres. Y envió Yahweh el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Yahweh, y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: ¡Basta ya! Detén tu mano. Y el ángel de Yahweh estaba junto a la era de Ornán el jebuseo.” (1 Cron 21:14-15) Debido al genuino arrepentimiento de David (verso 8) el Todopoderoso no derramo la medida completa de Su ira, que se había anticipado que duraría por tres días. (verso 12) Las bendiciones que Yahweh le ha prometido a Su pueblo han sido dejadas a un lado debido a sus pecados. Fuera del ejemplo en Zacarias:

“Yahshua les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza de ángulo: El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa en nuestros ojos? Por tanto os digo: El reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a una nación que produzca los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra, será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará. Y oyendo Sus parábolas los príncipes de los sacerdotes y los fariseos, entendieron que
hablaba de ellos.” (Mat 21:42-45)

Cabe destacar que algunas profecías (singulares) no están sujetas a las acciones de los seres humanos. For ejemplo, la profecía de los 2300 dias mencionada en el Capitulo 3 no fue de naturaleza condicional, y hay dos razones para esto. La primera, no se hace ninguna mención de interaccion humana en ella; esta no fue una promesa para ningun individuo o nación; por lo tanto, ninguna acción humana podía detener su cumplimiento. La segunda, una cronología definida y específica es dada. Generalmente, esta es una indicación solida de que el Todopodero cumpliría un acto de Su supremo propósito, independientemente de cualquier intervension humana. Otro ejemplo de esto es el exilio en Babilonia. El profeta Jeremias le dio a la nación de Israel un tiempo definido de la duración del exilio, (Jer 25:11) y cuando este tiempo había concluido, el pueblo fue nuevamente traido a Israel. El profeta Daniel señala que ese tiempo en Babilonia había sido predeterminado por el Todopoderoso, sin tener relación alguna con la fidelidad o apostacia de los
mismos Israelitas, escribiendo:

“En el primer año de su reinado [ de Dario], yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años, de los cuales vino palabra de Yahweh al profeta Jeremías, que había de concluir la asolación de Jerusalén en setenta años.” (Dan 9:2) Después Daniel oro, y dijo “Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestros asolamientos, y la ciudad sobre la cual es llamado tu nombre: porque no derramamos nuestros ruegos ante tu presencia confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.(verso 18) Daniel reconoce que nada de lo que los Israelitas han hecho merece una liberación del exilio, pero presenta su petición ante Yah, por la liberación de su pueblo, recurriendo a las misericordias de Yahweh, y por amor a Su nombre.

En general, y amenos que estos dos requisitos anteriores esten presentes, las aseveraciones profeticas y promesas del Todopoderoso se subordinan al estado espiritual de la humanidad (a nivel individual o colectivo) y permanecen constantes. Aquí, entonces, tenemos un resumen del principio de profecía condicional, expresado por las mismas palabras de Yahweh: “En un instante hablaré acerca de una nación, o de un reino, para arrancar, y derribar, y destruir. Y si esta nación de la cual he hablado se vuelve de su maldad, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerle. Y en un instante hablaré acerca de una nación y de un reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.” (Jeremias 18:7-10) Esto funciona efectivamente con individuos como con naciones, como Ezequiel 18:20-24 lo declara.

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