miércoles, 23 de noviembre de 2011

4.2.3 – Las Implicaciones de la Trinidad

¿Porque es la Trinidad un asunto de tanta importancia? Algunas personas han hecho de esta doctrina un argumento divisivo, la cual separa feligresías e iglesias. 

Nosotros no nos colocamos en tal nivel de dogmatismo con respecto a esta doctrina en particular. 

Otros grupos anti-Trinitarios contenderian “que si alguna persona está adorando una Trinidad, está dando respeto a un dios pagano, y no al Dios de la Biblia.” Aunque hay algo de verdad en esa declaración, las Escrituras mismas son empleadas para apoyar ambas posiciones.

En lugar de tomar la cortante posicion de que los Trinitarios son paganos, las Escrituras registran una posición y acercamiento mas diplomático y equilibrado: “Porque cuando los gentiles que no tienen ley (es decir, la enseñanza), hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, no teniendo ley, son ley a sí mismos, mostrando ellos, la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y sus pensamientos.” (Rom 2:14-15ª) 

Aquí vemos que varios individuos fueron bautizados sin haber tenido un conocimiento pleno del Espiritu Santo, (Hechos 19:1-5) aunque más adelante se bautizaron nuevamente cuando recibieron la enseñanza completa. En esencia, aunque somos responsables por mucha mas luz de la que tuvieron los conversos del primer siglo, no debemos ser menos amorosos y misericordiosos que los cristianos de la Iglesia de ese tiempo.

Aunque negamos la validez del paradigma de la Trinidad y nunca declararíamos ser un movimiento Trinitario, un Trinitario solo puede hacer dos cosas: 1) Llegar a entender la Biblia como es (como nosotros) o perder completamente el deseo e interés de congregarse y ser parte del Cuerpo de Yahshua.

Ahora bien, esto no quiere decir que la doctrina de la Trinidad no sea importante porque el entender y dilusidar el mensaje de Victoria sera mucho mas difícil en la vida practica de todos aquellos que no tienen una claridad perfecta sobre la naturaleza de la Deidad y el poder de Cristo en el creyente. Pues se nos dice en términos inequívocos, “Y ésta es la vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.” (Juan 17:3)

Es difícil juzgar o determinar hasta donde abarca un paradigma o concepto erróneo de la Deidad Biblica en las mentes de los creyentes y cuanto llege a nublar el verdadero conocimiento del Padre y del Hijo y su poder en el creyente, pero amenos que un hombre sea ignorante a propósito o sea rebelde y presuntuoso, solo a Dios le corresponde determinar su destino final. 

Si las vidas de los creyentes son integras y el fruto del Espiritu se manifesta en sus vidas, probablemente le diremos a estos candidatos como le dijo Pedro a Cornelios, “¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?” (Hechos 10:47) Aunque actualmente, esta seria una situacion extremadamente rara por razones que la misma Biblia menciona. 

Leemos de la experiencia de conversión de Pablo, “Con Cristo estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Galt 2:20) Este pasaje, el cual hemos examinado anteriormente, describe al converso como estando lleno con la vida del Hijo. De hecho, es el Hijo quien mora en el creyente, atravez de Su Espiritu. (Juan 14:23)

Si fracasamos en comprender que el Espiritu Santo es la mismísima presencia del Padre y del Hijo – y no una persona externa – entonces estaremos clamando estar llenos de un personaje ficticio, o consideraremos a Yahshua como a un amigo externo, en lugar de un poder y presencia interna en el creyente.

Si no tenemos un claro entendimiento de la relacion existente entre el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo, rapidamente comenzaremos a hablar de vagas generalidades y recurriremos al termino “misterio” para evitar comprender algo que fue dispuesto por Dios desde el principio, para que sus hijos lo entendiesen, o evitar encontrar Su Iglesia remanente. “Las cosas secretas pertenecen a Yahweh nuestro Dios; mas las cosas que son reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley.” (Deut 29:29)

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