miércoles, 17 de junio de 2009

1.4 La Expiación

En una escala cósmica, la expiación fue representada por símbolos en el segundo libro del Viejo Testamento como aparece en la Biblia.

Leemos sobre el ritual del Día de la Expiación lo siguiente: “Después [Aaron, el Sumo Sacerdote] degollara el macho cabrio de la ofrenda por el pecado que es por el pueblo, llevara su sangre detrás del velo [...] y la rociara sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. [2] Hará, pues, expiación por el santuario a causa de las inmundicias de los hijos de Israel, y causa de sus transgresiones, por todos sus pecados; así hará también al tabernáculo de la congregación, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias.

“Y saldrá al altar que está delante de Yahweh y hará expiación por el y tomará de la sangre del becerro (novillo) y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor (por todos los lados). [3]Después Aarón pondrá ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel y todas sus transgresiones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío y lo enviará al desierto por mano de un hombre preparado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos á tierra inhabitada (solitaria): [4] y dejará ir el macho cabrío por el desierto.” (Levítico 16: 7, 8,15, 16, 18, 21, 22)

Los números en [corchetes] incluidos en el pasaje de Levítico 16 se refieren al diagrama anterior. El servicio diario [0] es aquel proceso diario en el que se trasferían los pecados del penitente (arrepentido) hacia el santuario (no mas allá del velo) durante el transcurso del año. (Lev 4:1-6) El ritual del Día de la Expiación empieza con el paso [1]. Los Adventistas sostienen que el macho cabrio de la ofrenda por el pecado, en el paso 1, es Cristo, quien juega un rol doble como Sacrificio y Sumo Sacerdote. (Efesios 5:2, Heb 4:15) [2] Con Su sangre El ofreció el sacrificio expiatorio para el Tabernáculo en el Cielo (Apoc 11:19, Apoc 15:5) del cual el tabernáculo terrenal solo era un simulacro. (Éxodo 25:40, Heb 8:5) [3] El “Altar” en el Cielo, que representa el lugar donde se ofrecen las oraciones de los santos (Apoc 8:3) también fue limpiado por la sangre del sacrificio, haciendo aceptable las oraciones de misericordia al Altísimo, ofrecidas por aquellos convictos de pecado. [4] Al final del ritual, el macho cabrio vivo que representa Azazel, un nombre alterno para Satanás, es enviado al desierto a perecer, llevando los pecados del pueblo de Elojim con el.

En el cumplimiento del paso [4] Satanás cosecha las consecuencias finales (muerte eterna) por los pecados confesados de los santos sobre el. Aunque Cristo llevo la penalidad de la humanidad en la Cruz, el Mesías murió la muerte del pecador en la cruz (Isaías 53:12) sin embargo, el resultado final de “eterna condenación”, (Marcos 3:29) de la cual no hay salida, fue derrotado por Su Victoria, asegurando así la vida eterna para los hijos de los hombres. Leemos de la sentencia de Yahweh a Satanás, “Yo pues saco fuego de en medio de ti, el cual te consumirá, y te reduciré a ceniza sobre la tierra á los ojos de todos los que te miran.” (Ezequiel 28:18b)

Es importante notar que es Cristo, como Sumo Sacerdote, quien traslada los pecados de la humanidad redimida a Satanás.... pero no a un lugar desértico. Después de Su muerte, no antes, Cristo fue al Cielo para ofrecer Su sangre...esta es la purificación del Altar.

Muchos Cristianos piensan que Cristo cumplió ambos roles, el rol del “macho cabrio vivo” y el rol del macho cabrio muerto de Yahweh, si Cristo cumplió ambos roles El tuvo que haber ofrecido Su sangre primero, antes de haber ido al desierto (quienes estos cristianos lo comparan con el “infierno” o “tierra de los muertos”). Sin embargo, en el ritual de la expiación vemos que los pecados de Israel y el Altar eran purificados “antes” de que el macho cabrio vivo fuera enviado al desierto y el único evento paralelo que cumple esto en las Escrituras es el tormento de Satanás en el lago de fuego después del juicio. Cuando los demonios son arrojados a un estado de tormento, de acuerdo a la Palabra, estos se dirigen a “lugares secos,” (Mat 12:43) a un desierto espiritual.

El entender como trata Yahweh con el pecado y como trata con los pecadores es una de las revelaciones mas claras de Su misericordioso y benevolente carácter. Tener el conocimiento de que Dios ejerce misericordia mas allá de toda medida, tanto en la ofrenda de Su Hijo como en el proceso de expiación para redimir a la raza humana es una revelación de Su profundo amor hacia nosotros. Por fe sabemos quien es Yahweh y vemos que El es todo amor, luz y vida. Por Su Palabra escuchamos Su testimonio de que El atrae a todos los hombres hacia Si Mismo permitiéndole a la humanidad recuperar su lugar previo y autoridad.

El conocer a Yahweh y ejercer nuestra libertad al confiarle nuestras vidas a El en servicio al Todopoderoso y a nuestros prójimos... es el fundamento del Cristianismo y el comienzo de un estado de paz que es representado en la Biblia por un día literal conocido como el “Sabbath.” El primer paso en la Senda de la Santidad para iniciar la travesía al Reino Celestial es entrar en aquel reposo espiritual.

1.5 – Sumario.

1) Conocer al Padre y al Hijo es vida eterna.

2) Este verdadero conocimiento, esta intimidad, viene como resultado del estudio personal de las Escrituras y de la asistencia del Espíritu Santo.

3) El carácter de Yahweh se revela, de una manera dramática, en la forma de como trata con el pecado, los pecadores y a la raza humana en general.

4) La raza humana [colectivamente] perdió la gracia al aceptar los incentivos del ángel caído, Lucifer, pero el plan de salvación promete redención a los hombres (individualmente) y el fin del pecado en escala cósmica.

5) El “pecado” es una condición del corazón que conlleva a la trasgresión de la Ley de amor y orden. La salvación no es un cese de “las malas obras” sino un saneamiento del corazón y del espíritu. El resultado natural es una reforma de las tendencias de la vida, y una rectificación de los actos externos.

6) Aquellos que aceptan la limpieza del pecado a través del sacrificio del Hijo de Dios desarrollan un carácter que los prepara y los hace idóneos para la vida eterna. Aquellos que lo rechazan son destruidos en una sentencia justa diseñada para purificar el universo de todo dolor y sufrimiento.

7) El ritual del Día de la Expiación descrito en Levítico 16 provee una escenario general del plan de salvación y revela mucho sobre el carácter del Creador.

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